domingo, 6 de septiembre de 2009

Córtenme la cabeza, ¡¡por favor!!

No sé en verdad cuándo empezó esto. Sí sé cuando se hizo intolerable. Hacia fines de 2007 los dolores de cabeza empezaron a repetirse día tras día. Es la época con mayor presión de trabajo en el diario, y claro, uno tiene que rendir. Porque los periodistas tenemos algo que en otras profesiones no existe: la hora del cierre (booooom). Esto significa que en determinado momento tienes que entregar sí o sí tus crónicas. La prensa no espera a nadie, menos a mí.
Recuerdo esos días con un poco de angustia. Métale Migranol pa' dentro. Hasta cuatro, de un un puro trago. A veces parecía drogada (claro, lo estaba), me costaba entender lo que me decían y mis ojos no enfocaban bien. Si tenía suerte, podía ir al auto a dormir algunos minutos.
Y luego a seguir escribiendo.
A fines de enero, mi pololo me pateó, lo que para los decenas de terapeutas que trataron de ayudarme después era LA razón de mi mal. No lo era. Pero claro, todos veían en el dolor de cabeza la expresión más evidente de mi corazón roto. Nadie quiso creerme cuando les decía que una cosa no tenía nada que ver con la otra.
Así, en una voragine que hoy me cuesta narrar porque la veo pasar de manera un poco borrosa por mi mente, empecé con todo tipo de tratamientos. El 2008 fue el año de los anitdepresivos, los sedantes, los antiinflamatorios, el profenid y los corticoides a la vena, los antiepilécticos, la desesperación....
Tres neurólogos, una acupunturista, un psiquiatra, un quiropráctico, un experto en reiki, terapeuta en flores de Bach y el profesional de la medicina cuántica (sí, eso existe), todos trataron de ayudarme. Nadie lo logró completamente.
¿Estoy mejor? No. Supongo que al final tuve que aceptar que estos dolores son parte de mí y no me van a quitar la posibilidad de vivir mi vida como yo quiero. La que sigue en control sigo siendo yo. Pero no es fácil. Me desanimo y el espíritu me flaquea, lo que duele más que la cabeza misma. Sentirme impotente. En estos ya casi dos años he aprendido a convivir con mis dolores crónicos de cabeza, con sus períodos malos y los no tan malos, y lo escasos, pero tan increíblemente valorados, días en que mi cabeza está fresca y despejada.
Empecé este blog porque, como reportera que soy, he investigado todo al respecto. Y finalmente, cuando sabes que tu "caso" no tiene mucha solución, porque nadie tiene demasiado claro qué es ni qué lo origina, te das cuenta que lo mejor es poder compartir con gente a la que le pasa lo mismo que a ti. Los que padecemos de esto sabemos mucho más que los expertos. Y es importante poder compartir esa información.
Para eso está bitácora. En inglés hay bastantes, pero no encontré ninguna en español.
Ojalá podamos hacer una comunidad y ayudarnos. Ojalá, sin quejarnos demasiado. Es como es. Aceptar y seguir adelante.

2 comentarios:

  1. Hola Carolina.
    Soy una chica de Pamplona España y he visto tu blog en el facebook y leiendo no sabes lo que te entiendo en todo.yo llevo un par de años sufriendo dolores de cabeza cronicos que a nadie le parece importar.el neurologo lo soluciona cambiando ca vez de pastillas que lo unico que me proporcionan son unos mareos, vomitos que acabo dejandolas por que el dolor sigue ahi.
    Pero este año es el peor todo lo que me rodea me produce dolor de cabeza, la comida, el alcohol,el ruido de la calle, el trabajo.En estos momentos el desanimo es tan grande que el unico sitio donde refugiarme es en casa y eso la gente que me rodea no lo entiende, cuando quedamos a tomar algo y yo a la hora el ruido ambiente me taladra y necesito escapar y cuando vamos a cenar y yo para cuadno decido por que como no puedo comer queso, ni frutos secos......soy una repelente.
    Asique conocerte ha sido para mi una vendicion por que veo que hay mas gente que le pasa lo mismo.

    Espero que estemos en contacto.Un saldudo muy gordo y todos mis animos.

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  2. Gracias chicas por sus comentarios. Pienso que es muy importante que estemos juntas en "esto". Tal vez así algún día la industria farmacéutica nos tome realmente en serio y se ponga a trabajar en una solución realmente efectiva y no tengamos que recurrir a remedios que fueron creados para otros fines y se recetan porque a "algunos" les funciona. ¡Ánimo!

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