miércoles, 11 de noviembre de 2009

¿Y si rezo?

No, no es una burla. Ayer estaba hablando con una amiga que no había visto hace cientos de años. Obviamente, nos estábamos poniendo al tanto de nuestras vidas. Y en la mía, el dolor de cabeza juega un rol esencial. Me preguntaba, lo mismo que hace todo el mundo, si había probado tal o cual cosa. Yo le decía que sí. "Lo he hecho todo", le explicaba, tomándolo un poco a la ligera porque la verdad es que el tema me agota.
Siguió insistiendo, hasta que lanzó "¿has rezado?".
Chuta, me mató con eso. No. No lo he hecho. Ni siquiera lo había pensando. No se me había ocurrido nunca pedirle a Dios que me curara. No sé por qué. Es tan obvio. No soy intensamente religiosa, pero creo. Claro que creo. Creo en el todo. Creo en cada uno. Creo en mí. Y sin embargo no recuerdo la última vez que recé. Si sé que cuando lo he hecho no es para pedir cosas para mí. Me carga andar de víctima por la vida. Incluso con Él. No me gusta que sepan que soy débil.
Cuando llegué a mi casa, me dormí sin recordar que había decidido intentarlo. Porque sé que definitivamente no iré a los imanes ni probaré con la desintoxicación de colón. Pero rezar es algo que me hace sentido absolutamente. No sé por qué no lo había hecho antes.
Desperté a las 5:30 y entable una conversación de aquellas con Dios.
Veremos.

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