martes, 27 de julio de 2010

Y aquí vamos de nuevo

Dejé de escribir un buen tiempo porque sentí que, oh, me había "mejorado". Fue un período bastante bueno, con dos semanas espectaculares, las mejores que he tenido en mucho tiempo. Y cuando estaba a células de creer que, efectivamente se había producido el "milagro", volví rápidamente a fojas cero.
Me alivié, casi. Porque de alguna manera desconocía esta nueva sensación de bienestar. Me parecía ajena. La miraba con recelo. Me provocaba desconfianza.
Así que cuando volvieron los dolores, más que decepcionada, me sentí cómoda. Porque he aprendido a vivir con ellos. Lo que no sé es cómo vivir cuando no están. Y el sentirme bien me angustiaba. Porque en el fondo, cada día que pasaba era un poco una agonía. Porque tenía la certeza de que volverían, tarde o temprano.
¿Suena demente? Claro que lo es. Pero es lo que sentía.
Y volvieron. Y ahora voy por una nueva lucha. Llena de frustraciones, pero seguiré dando la pelea. No asumiré este estado. No me acostumbraré al dolor.
Sigo con la dentista y la kinesióloga. Ya llevamos más de 30 sesiones y muchas lucas invertidas en eso. La cosa es que sigo tensa. Por más que masajee, mi terapeuta no logra aflojar. Me dijo que necesitaba ayuda farmacológica, algo que me hiciera relajarme un poco más. Me negué, me negué y me negué hasta que tuve que aceptarlo. Mis experiencias anteriores con remedios han sido más que nefastas. Por eso me duele tener que dar un paso atrás. Pero sé que tengo que seguir intentándolo. Que esto en algún momento se tiene que acabar. Así, más allá de las frustraciones y los miedos que me provocan los apoyos farmacológicos, heme aquí intentándolo de nuevo. Y de nuevo. Y de nuevo. No importa. Cuántas veces sea necesario.

Lo dijo por ahí alguien antes que yo: I am the kind of girl that will always keep on trying.